Eventos año solsticial 16

Eventos durante la órbita

28.11.17

Inclinación del eje

El eje del planeta Tierra está inclinado, lo cual es la causa de la duración variable de los periodos diurno y nocturno, de la existencia del ciclo anual de las estaciones, de los equinoccios, solsticios y de la precesión. Se suele decir que la inclinación es respecto al eje perpendicular al plano de la órbita, pero también se puede expresar como inclinación del plano horizontal (ecuador y paralelos) respecto a dicho plano. 
El ángulo es de 23 grados y 26 minutos de arco (23º26'), lo cual se puede expresar como 23.5 grados ó 23.5º porque 26 minutos de arco es prácticamente la mitad de 1 grado ó el 50%.

Si el eje no estuviera inclinado, durante todos los días del año veríamos al Sol asomar justo por el punto cardinal Este, alcanzar la misma altura a mediodía y ocultarse justo por el Oeste; los periodos diurno y nocturno de cada día del año durarían 12 horas y no existiría el ciclo de las estaciones, ni equinoccios ni solsticios, ni precesión. Viviríamos el año como un equinoccio continuo y una primavera constante. 

La inclinación del eje también es la inclinación del plano el ecuador y de sus paralelos, es decir, del plano del planeta, que forma un ángulo de 23.5 con el plano de la órbita o eclíptica.


Independientemente de que el eje esté inclinado, los polos de la Tierra señalan hacia los polos celestes. Sabemos que el polo norte celeste señala muy cerca de una famosa y popular estrella, Polaris, situada en el extremo de la constelación de la Osa Menor. El caso es que si el eje no estuviera inclinado el polo norte señalaría hacia un punto en la constelación de Draco, hacia su corazón. En dicho punto se localiza una nebulosa catalogada en el New General Catalog como NGC6543 y llamada “Ojo de Gato”, aunque bien podríamos llamarla “Corazón  del Dragón”.

Esto significa que los polos celestes señalan hacia un punto situado en el perímetro de dos círculos, es decir que los polos celestes no representan a un centro; y tales círculos tienen su centro, y en el caso del círculo del polo Norte está hacia el “Corazón del Dragón”. Son los círculos de bamboleo, el cual se produce por el movimiento del eje. Sirven, como el círculo del reloj, para medir el tiempo de precesión de la Tierra que es un efecto de la inclinación del eje.



Otro efecto es que el plano del ecuador terrestre presenta dos secciones por encima y debajo del plano de la órbita. En el juego entre ambos planos y secciones de plano debido a la traslación del fijamente inclinado planeta se basa la dinámica solar en las franjas tropicales y el ecuador desde solsticio a solsticio. La proyección del inclinado plano ecuatorial terrestre en la esfera celeste es el ecuador celeste, el cual tiene dos nodos superior e inferior. En relación con las estrellas, actualmente el nodo inferior señala hacia el cinturón de la constelación de Orión y concretamente hacia la estrella Mintaka, cuya declinación celeste es prácticamente de 0º. Mientras, el polo norte señala muy cerca una estrella conocida como Polaris, llamada Alrucaba por los árabes. Así, guiándonos por la inclinación del eje podemos ver que la Tierra está en un punto del espacio (interestelar) que es el vértice de un ángulo recto formado por las estrellas Polaris y Mintaka.



Y la inclinación también tiene el efecto de un bamboleo como de una peonza o trompo, así que el planeta Tierra es como una gran peonza. Eso sí, la velocidad de tal movimiento es sólo de 1º de círculo cada 72 años, lo cual es un ritmo unas 26.000 veces más lento que el de traslación. Y a su vez también genera el movimiento y ciclo de precesión.


La inclinación axial es la causa de la existencia de equinoccios y solsticios, y su movimiento o bamboleo causa la precesión de los puntos equinocciales y solsticiales. Los dos puntos que en la órbita forman el eje de los solsticios están actualmente en los puntos de intersección del plano de la órbita con el plano del ecuador de la Galaxia.

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